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EL MUQUI NRO. 1 - agosto de 2021

EL MUQUI Nro. 1

Revista literaria en español -agosto de 2021

Donde la imaginación se desborda

 

Pintura "El búho" cortesía de Katherine Medina  Rondón

 

CARTA DE LOS DIRECTORES

                                         


Estimados amigos, estamos en tiempos impensados, mas no perdemos la esperanza de que las cosas mejoren. En la actual coyuntura se hace difícil sacar adelante proyectos literarios, por esta razón estuvimos trabajando estos meses en una llamativa gesta que a continuación les presentamos: el primer número de la revista «El Muqui», el cual trae cuentos largos, cortos y microrrelatos, un artículo y una reseña, de diversos autores peruanos. Planeamos que este nuevo espacio se extienda a escritores extranjeros con la salida de los números siguientes. La razón de la presente plataforma es dar a conocer interesantes trabajos literarios, también aumentar poesía en sucesivas ediciones y continuar con la promoción literaria, así como rescatar diversos trabajos inéditos o ya publicados y encapsularlos en esta revista, la cual, esperamos, disfruten, puedan leer de una sentada y compartan con sus allegados. Si desean brindar alguna crítica constructiva, comentar, aportar textos breves, o lo que deseen, este es nuestro correo: fanzineelhorla@gmail.com y en el asunto indicar «El Muqui». 

  Muchas gracias por darnos tu atención,

Carlos Enrique Saldívar    Benjamín Román Abram


         También puedes descárgala aquí (PDF)

 

SECCIONES



CUENTOS 

  1. DIEZ ANOTACIONES BORGIANAS / ARTURO CRISALDE
  2. DESPERTAR INCÓMODO / EVA ASDI
  3. MIAJA/LUIS EDUARDO MILANO
  4. EL RAYO NEFASTO / JOSÉ ANTONIO CORZAL
  5. FINEZA / LEONARDO GABRIEL
  6. INQUIETUDES / ANTOANETTE ALZA BARCO Y BENJAMÍN ROMÁN ABRAM
  7. MUJER ALFA / BENJAMÍN ROMÁN ABRAM
  8. LITERATURA GORE / MIRZA MENDOZA Y CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR
  9. DE UN MUNDO DISTINTO / CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR
          ARTÍCULOS
  1. UMBRAL Y LAS ACTUALES REVISTAS PERUANAS DE LITERATURA FANTÁSTICA (ARTÍCULO, ABRIL DE 2013) / CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR

RESEÑAS

  1. HISTORIAS DE CIENCIA FICCIÓN», A PROPÓSITO DE SU EDICIÓN CONMEMORATIVA (RESEÑA) / BENJAMÍN ROMÁN ABRAM
VOCABULARIO LITERARIO
  1. EPIFANÍA LITERARIA

GENIO Y FIGURA-BIOGRAFÍA

  1. Howard Phillips Lovecraft

                                            
                     

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CUENTOS

DIEZ ANOTACIONES BORGIANAS / ARTURO CRISALDE

COINCIDENCIA BORGIANA

Al igual que Borges, yo siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca, pero con obras escritas hasta el siglo pasado.

VISIÓN BORGIANA

En el infierno no hay bibliotecas.

PROPUESTA BORGIANA

—¿Por qué amenazarlos con la muerte? Toda la gente asusta con lo mismo. Solo cuando amenazo con la inmortalidad a mis enemigos, dejan de meterse conmigo —dijo el vampiro.

ESCENA BORGIANA

Estoy solo y mi imagen en el espejo está besando a alguien más.

PESADILLA BORGIANA

Estoy solo y susceptible, y el demonio en el espejo lo sabe.

ANGUSTIA BORGIANA

Estoy solo y aquel, en el espejo, se ríe de mí, junto a sus amigos.

RECTIFICACIÓN BORGIANA

En el Cielo no hay libros sueltos. Todos los que arribamos a este hermoso sitio tenemos las bibliotecas del mundo incorporadas dentro de nuestras entrañas (hablando del espíritu que ahora somos). El asunto es que muchos de los que llegan al Paraíso no gustan de leer. Quizá más de los que yo esperaba ver al momento de que llegué al presente lugar. Pero no quiero que se me crea, deseo que ustedes piensen que todo lo dicho líneas atrás es un invento de mi esencia elocuente que no cesa de crear ficciones. Lo que sí es cierto, y no duden de lo que acto seguido diré, es que en el espacio celestial en que me encuentro estoy rodeado de almas-bibliotecas. Con estos puedo conversar, sentirme feliz. Solamente a ellos los percibo.

TRISTEZA BORGIANA

Estoy solo y el que se halla en el espejo se divierte y no percibe mi presencia.

ALUCINACIÓN BORGIANA

Estoy solo y el que estaba en el espejo fue a jugar con su celular.

RESPUESTA BORGIANA

—Borges, usted es un genio.
—Créalo, soy un genio brutal, me he insertado en la literatura mundial de manera aguda, soy referente ineludible de grandes autores, sobre todo los que escriben en castellano, y los que hablan mal de mí y de mi obra no pueden dejar de pensar en mi persona. ¿Por qué soy tan grande? ¿Por qué estoy en todas partes, tanto en la crítica de los discursos como en las creaciones artísticas? ¿Por qué existe el término «borgiano»? ¿Por qué me dicen:  Dios en el mundo cultural? En el deportivo los argentinos tienen otro «Dios», pero yo trasciendo mi país, me otorgan una cualidad divina, que no tiene que ver con lo metafísico, sino con lo intelectual. Por ello, no se sorprenda de que pueda brindarle mi discurso estando ya muerto.

Arturo Crisalde (Lima, 1982). Estudió la carrera de Literatura en la UNFV. Ha publicado en el blog de la revista Argonautas y en diversas plataformas con diferentes seudónimos cuentos de todo género, tanto en medios peruanos como internacionales, físicos y virtuales.


DESPERTAR INCÓMODO / EVA ASDI

Hoy desperté con ganas de seguir durmiendo. ¿Qué otra opción tengo? Me encuentro en un ataúd, inmóvil, a tres metros bajo tierra. El problema es que los gusanos no me dejan conciliar el sueño.

Eva Asdi (Lima, 1982). Ha publicado cuentos en la revista Argonautas, en el fanzine El Horla y en otros espacios, con seudónimo. Es adicta a la literatura de fantasía, terror y CF.


MIAJA / LUIS EDUARDO MILANO

Cuando me quedé dormido, Miaja estaba ahí.
Al despertarme, allí seguía.
Estaba siempre mirándome desde recónditos lugares, a través de las briznas de un espacio difuminado en el espesor de mis primeras pesadillas.
Es verdad, su presencia no es producto de la insania, no, es una concreción aterradora, que me perturba, me destruye desde el interior; desearía estar muerto, en realidad casi lo estoy, pero nadie cree la historia que relato, tan solo creen lo que ven, y lo que miran es un cuerpo flaco, escuálido a más no poder, en un grado casi esquelético. No pueden escrutar aquello que está detrás de mí, una horrenda cosa que hasta ahora nadie ha podido extirpar.
Alguna vez me dijeron que eso era yo mismo, que era visible en mi rostro.
Los que mencionaron tal cosa han muerto, perecieron de un modo horrible.
Los decesos no se detienen, dos médicos de este lugar también han muerto.
El enfermero que me trae la comida a la habitación, fuertemente sellada con una puerta metálica, lo hace con miedo, es un tipo enorme, robusto que me dice improperios y me ve con desprecio. Me amenaza; no desea que yo le dirija la palabra. No me cree, nadie cree la historia de Miaja.
Miaja existe. Miaja es, fue y será; está, estuvo y estará.
Llegó una noche a mi lecho y se posó sobre mí, no sé por dónde entró, yo siempre cerraba mis ventanas en aquella época, hace tres años… hacía frío, mucho frío, puede que ese clima gélido lo trajera, hay muchos modos de ingresar a una casa, y ahora recuerdo una ventana que nunca se cerraba, del tragaluz del baño, la abertura daba hacia la calle, entró con facilidad, pues era pequeño, viscoso y flexible, y se acomodó sobre mí, con sus alas de murciélago, faz de roedor volador, con innumerables patas y su aliento a putrefacción; tenía cuernos puntiagudos, diminuto vientre y un abdomen similar al de las arañas.
No me pude mover, pensé que era una pesadilla, abrí los ojos y aquel ser me había perforado el ombligo con su trompa y succionaba mi sangre.
Era algo que no podía concebir, emitía un ruidito parecido a esto: Miaja.
Lo decía varias veces y a gran velocidad, maldita sea, cuánto horror. Estaba aterrado, no lo creí al principio, lo consideré un mal sueño, mas no, era una realidad abominable, una crueldad imperecedera, de la cual jamás me libraría.
Desde esa noche ha venido por mi sangre, por su dulce, excitante sabor.
El engendro crecía y engordaba a costa mía; yo sentía que además me hipnotizaba, pues mi conciencia se perdía durante aquellos instantes. No pensaba bien, venían a mi mente diversas etapas de mi vida, retazos existenciales que me causaban tribulación, ya que se deformaban de las formas más caóticas. Yo alguna vez estudié Arquitectura, lo dejé, no pude con la carrera, perecí intelectualmente, trabajé en algunas construcciones, perdí esa opción laboral, dejé de comunicarme con mi familia, dejé de ver a mi novia, ella nunca me quiso, me aparté de la creencia religiosa, la muerte espiritual me invadía; despertaba y me hallaba lacerado.
Un ferviente creyente como yo había perdido la noción de la fe, me volví una suerte de desvalido mental que se sumergió en las creencias diabólicas.
¿Dónde estás, criatura letal? No puedo oírte.
Asquerosa fuente de execración, ya consigo percibirte, has llegado tarde.
Quizá yo esté mal de la cabeza, en definitiva, lo estoy del cuerpo visible, el cual se encuentra famélico, como si estuviera a punto de convertirse en polvo.
No recuerdo bien lo que hice, Miaja, ¿lo recuerdas tú? Tengo la clara certeza de que lastimé a alguien, aunque no fui yo, fuiste tú, ¿fuimos ambos?
Me pregunto si te hicieron en el infierno, si cuando miraron lo que habían creado, se asustaron tanto que te enviaron a la Tierra. Me pregunto tantas cosas, Miaja. Sólo vienes de noche, y nada más hay frío en nuestras noches.
Un día me puse veneno para ratas encima de mi falo para intoxicarte, de allí aprendiste a succionar mejor, ¿no? Te gusta, Miaja, qué sucio o sucia eres, ¿qué cosa eres? La roña y corrupción vuelta escamas, pelos y rabo, y una gran cuota de depravación.
Al menos no te habías fijado en ningún niño del barrio, era yo quien se iba secando poco a poco. Por tu culpa, rata inmunda, con alas de murciélago, repleta de patitas y con unos cachos en el cráneo que parecían crecer cuando te aprestabas a realizar tu obsceno rito. Miaja, lárgate, vete al infierno. ¿Qué quieres de mí? ¿Qué tanto buscas que únicamente yo te puedo ofrecer?
Recuerdo que tuve un sueño aquella vez, no fue tan desagradable.
«Descendía a tierra firme un ángel que se transformaba en un gran pájaro blanco, quizá una paloma, la cual descansaba sobre mi pecho y me purificaba de la corrupción humana, luego el ángel me abrazaba, me apretaba contra sí, lo tomé de las manos y me acurruqué en su divina infinidad de plumas y brillo, su belleza era más intensa que la terrenal; de hecho, la Tierra estaba repleta de toda clase de espantos: marinos, terrestres y, sobre todo, voladores».
Cuando desperté, tenía abrazado, enredado entre mis abrazos a Miaja.
Lo lancé a un lado de mi cama, vomité, lloré, y apenas si podía moverme.
Aunque algo igual de terrible vino después, cuando recuperé el dominio de mis movimientos, agarré a la bestia, que se dejó coger mansamente, le vertí el contenido de una botella de alcohol y le prendí fuego, era lo único que podía hacer; con aquel acto destruí mi cuarto alquilado, con cuentas sin pagar desde hacía tres meses, el edificio entero ardió, lo bueno es que nadie más, salvo el viejo casero y mi vecino, un sujeto felón y borracho, fallecieron quemados.
Yo también me quemé, un poco, regular, mi rostro ya no es un rostro, dicen, provoca miradas breves y la ausencia de estas, ¿será bueno aquello?
Sí, sé que es muy bueno, al menos no notarán que me parezco a Miaja, que en mi cuerpo delgaducho y encorvado se ha propalado una maldición tan oscura, tan siniestra como un virus, tan inmortal como la maldad pura.
No encontrarán jamás a Miaja, no tendrían por qué, ardió con todo, ardió sin quejarse, sin emitir ese incesante ruidito que hacía referencia a su nombre, lo vi, se incendió, y, aunque haya otros miajas que vengan de lugares de pesadilla, de las tinieblas del firmamento, del averno del hielo, no creo que se acerquen a mí. Ya cuento con un miaja, sí, es verdad, aquí dentro, aquí; me miro en el reflejo de la puerta metálica y me reconozco, aunque mis manos están aprisionadas por una camisa de fuerza, lo sé. Lo siento, me enteré tarde de esto y algunos murieron. Una, dos, seis víctimas; lo hice yo, lo hizo Miaja.
Quizá muy pronto lo salve de este infierno llamado vida, me refiero a ese enfermero robusto y malhumorado que nunca me trata bien. Ven, acércate, cuando abras la rendija para botar la comida, te penetraré, es cierto, has de creerlo, me liberaré, ya casi estoy libre, mis filosas patitas me están desatando. Ven, acércate, basura de mierda, aproxímate ya, ven con Miaja. Tengo una sorpresa para ti. Está dentro de mí, encontrará el modo de abrirse paso, lo hará rápidamente, saltará y se clavará en tu cuello, y succionará, succionará...
Succionará... succionará… succionará… y seguirá chupando hasta no dejar nada en ti. Absorberé todo cuanto pueda, ya no siento pena, piedad ni dolor.
Muy bien, ya casi es la hora de la comida, no debieron lanzarme el alimento al piso para que lo lamiera como perro; ahora la sed ha surgido. No pudieron deducirlo cuando me salieron alitas en la espalda, tumores, pensaron, yo imaginé que eran parásitos buscando un sitio donde habitar. No, era Miaja.
Miaja. Miaja. Miaja.
Miaja, Miaja, Miaaajjjjjj…
Crecen, son grandes mis alas de murciélago. Me comienza a picar un poco la frente. Muy pronto saldrán los cuernos. Las patitas se hacen fuertes, y mi trompa, que está creciendo desde mi lengua, pronto se clavará en el pene de algún infortunado.
El enfermero se está acercando, rechina la puerta, se corre la rendija baja.
Es hora de engullir. Me lanzó contra él, disfruto el líquido rojo y delicioso.
Aquí está Miaja, estoy completo y necesito sangre, mucha más sangre.
Yo soy Miaja; lo era cuando me dormía, y cuando me desperté.
Lo he sido siempre, incluso desde antes de venir a este mundo.
Lo seré hasta la muerte ¿e incluso después de esta?
Sí. Los demonios no morimos, nos transformamos.

Luis Eduardo Milano (Lima, 1982). Estudió la carrera de Literatura por la UNFV. Ha publicado cuentos en la revista Argonautas, números 1, 3 y 4, en el fanzine El Horla, número 1, 3 y 4. Y en la revista virtual Velero 25. Ha retomado la escritura desde entonces.


EL RAYO NEFASTO / JOSÉ ANTONIO CORZAL

Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que la primera no había hecho suficiente daño, tampoco en la segunda, y se deprimió mucho; supo que era necesario caer por tercera vez en ese preciso lugar.
No obstante, pese a varios intentos, no logró volver a impactar en el mismo punto.
Su depresión lo llevó a la ira, de ahí pasó a la locura y solo pudo mitigar parte de sus deseos de autodestrucción cayendo en diversos lugares y en seres vivientes, como hombres y animales, aunque prefería a los seres humanos, si no los mataba a la primera (es raro, pero sucede), lo intentaba de nuevo y conseguía darles fin a los desafortunados achicharrados por esa furia caótica.
Sin embargo, el Rayo no lograba caer por tercera vez en un mismo sitio, porque todas sus víctimas perecían al primer o al segundo ataque.
Se hizo viejo, seguía intentándolo y nada.
Hasta que un día, cuando le quedaban pocas fuerzas, decidió impactarse a sí mismo, asesinarse de esta manera, ponerle punto final a tanta demencia.
Logró su cometido.

José Antonio Corzal. Autodidacta. Ha publicado en el fanzine físico El Horla, número 4. Desde allí ha colocado una decena de textos en varias revistas literarias, con seudónimos.


FINEZA/LEONARDO GABRIEL

Soñé que devoraba una rata. Me desperté asqueado. Mi dueña me tomó en sus brazos y me dio un poco de leche y pescado hervido. Soy de raza fina, merezco estos cuidados y más, ni siquiera tengo uñas, hasta en mi maullar soy delicado. No sé por qué estas pesadillas se me presentan tan a menudo. Tal vez sea por mis padres, mi ama me contó que eran expertos cazando roedores. No lo entiendo, ¿cómo pudieron engendrarme? Yo soy elegante y pulcro. Mi dueña penetra en la habitación, estoy despierto pues ya es de noche, ella quiere estar un rato conmigo, me carga y me arrulla. «Oh, qué maravilloso minino», me dice. Desde que vine al mundo no se ha cansado de repetirme que soy especial, esto me aburre, aunque no demasiado. La verdad yo también la quiero a ella y soy feliz viviendo en esta gigantesca casa, atiborrada de lujos y bondades. Mis doce patas se sujetan a su cuerpo, tengo miedo de caer; escruto a Marlene con mis seis ojos, distribuidos de forma armónica en mi cabeza; mi cuerpo largo y delgado se contrae, abrazo el cuello de mi dueña. Es hora de ver la televisión, ella acaricia mi áspero pelo, lo cual me encanta. Masajea mis orejas enormes y cuadradas, acerca su nariz a mi trompa puntiaguda. Abro la boca y maúllo con suavidad, a mi ama le fascinan los sonidos que emito. Me besa la frente una y otra vez. En la pantalla pasan un dibujo animado: un gato que intenta cazar a un ratón. ¿Por qué?, me pregunto. Debe ser asqueroso engullir tales bichos. Menos mal que yo nunca hago eso. Soy una criatura exquisita, única. Bueno, a veces me alimento de los infelices que intentan quitarme el amor de Marlene. Pero solo «a veces».

Leonardo Gabriel. Estudió Literatura en la UNFV y terminó la carrera. Aún no egresa por cuestiones burocráticas. Publicó cuentos en la revista impresa Argonautas. Ha decidido retomar la escritura, le fascina las letras infantiles, aunque a veces le sale un texto siniestro.


INQUIETUDES /ANTOANETTE ALZA BARCO Y BENJAMÍN ROMÁN ABRAM

Una conversación reveladora en medio de la pandemia de la COVID.

—Ahora sí deja de ver eso y tiras los audífonos, conversemos —dijo una chica menuda de unos veintidós años a un joven de rostro muy parecido al de ella, pero de aspecto algo mayor.
—Me gusta estar informado y más ahora que las noticias vienen con hologramas. Además, no has tocado la puerta de mi habitación.
—¡Te repito, olvídate de eso, estamos escapando de la COVID!
—La vida continúa y no huimos de nada. Al contrario, estamos detenidos en una cárcel de oro, pero no será por siempre —y sonrío con picardía.
—Este virus ha trastornado el orden mundial —y lo fulminó con la mirada.
—¡Bien, hermanita, haré una pausa! Cuéntame.
—Los gobiernos se están volviendo autoritarios, la gente que es mala, a pesar de que esta crisis no cambia.
—Tal vez sea así en este momento, pero cuando derrotemos a la pandemia, todo volverá a la normalidad; además, quién sabe si salga algo bueno de esto y mejoren también los corazones.
—Lo cierto es que muchos creen que tenemos los meses contados, yo estoy de acuerdo —esta vez bajó el volumen de su voz.
—Hay que ser positivos, ni siquiera has visto noticias en el último mes y solo hablas conmigo, hay avances.
—Hermano, no te creo; tras esa aparente tranquilidad, he visto tu rostro de preocupación. Me dice que no hay un Dios, ni nación, ni extraterrestre que nos pueda salvar. Estamos a nuestra suerte, que no es nada halagüeña y esa es la única verdad.
—¡Tranquila! DEJA DE PENSAR Y REPENSAR EN ESA ENFERMEDAD, hay otras cosas en las que ocupar la mente. Confía en la sabiduría humana, yo lo hago. Hemos superado miles de crisis, esta vez no será distinto.
—Bueno, bueno, como siempre me has dado un poco paz. Espero que me dure un par de días. ¿Qué harás?
—Seguir viendo y seguir pensando en un futuro prometedor.

«Mañana será el último intento para desviar el cometa que impactará a la Tierra, esta vez hay mucho optimismo en la ciencia y que Dios nos acompañe».

Antoanette Alza Barco. Bachiller en Humanidades con mención en Lingüística y literatura por la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde también realizó estudios de Educación. Fue productora teatral en obras nacionales e internacionales. En 2018 publicó el libro 4321 El Milenio de los Inmortales, obra dramática de ciencia ficción que fue llevada al teatro en 2019. Publicó cuentos en antologías. Ha sido finalista de un concurso literario.

MUJER ALFA/BENJAMÍN ROMÁN ABRAM

Las responsabilidades de su cargo le dejaban poco espacio para detenerse a rememorar su vida, ya fueran hechos triviales o importantes, pero en ese momento cumbre evocó una trayectoria marcada por sus éxitos en la política, o que la primera vez que fue canciller de Alemania no pensó en que sería reelegida por varios periodos. Razonó sobre el poder, la cautela y sus silencios. También vino a su mente cómo la llamaban sus conciudadanos, «Mutti» («Mami») incluso que le sonaba un poco débil frente a «Dama de Hierro», como fue conocida otra gobernante fuerte, la primera ministra inglesa Margaret Thatcher.

Los alienígenas la habían contactado y no a los líderes de las tres superpotencias militares. Definitivamente no haría lo que Estados Unidos, que solo hubiese mostrado un espectáculo hollywoodense, mientras que Rusia y China, hubieran intentado obtener información militar.
—Señora Canciller, todo está listo.
Ángela Merkel salió de la Casa de la Prensa, un edificio construido para albergar a los medios de comunicación y facilitar su interacción con el gobierno. Se situó en la puerta de ingreso, oyó los aplausos y vítores que negaban la frialdad de los germanos.
Dos minutos después, a las diez en punto de la mañana, ellos aparecieron mediante trasporte lumínico, en el punto acordado. Tenían un aspecto humanoide, pero con una textura gelatinosa y color rojizo, casi un metro de altura, cabellos que bien podrían haber sido algas marinas y sus cuerpos difundían en el ambiente un olor a amoniaco. En el medio, según lo acordado, estaba el jefe del planeta extrasolar que le dijo con una voz dominante y una mirada intensa:
—Señora Canciller, Ángela Merkel, gracias por confiar en nuestra visita, venimos de muy lejos para iniciar una nueva etapa en la Tierra —y levantó sus dos brazos acuosos en puños.
Ella devolvió el gesto, uniendo la punta de los pulgares y de los índices de manos hacia afuera y abajo, abriendo entre ellos un espacio en forma de diamante o rombo, mientras los otros dedos se mantenían juntos, y todo a la altura del vientre. Los francotiradores reaccionaron ante la señal y lanzaron una andanada precisa y variada de proyectiles que desplomaron a los recién llegados, esto fue seguido de múltiples estallidos lejanos en el cielo, producidos por el impacto de cientos de misiles no convencionales alemanes a una flotilla aérea de las naves militares de los alienígenas.
Mientras su seguridad la retiraba del lugar, pensó en su severo padre, en el bosque de su niñez, y en algunos científicos como ella, aunque orientados a la astronomía, especialmente en Hawking, quien alertó en el último periodo de su vida sobre los peligros de intentar contactar extraterrestres.
Pasado el año, en el mundo era llamada la «Mami de Hierro». Su acción preventiva había desalentado la invasión a la Tierra.

Biografía: Ángela Dorothea Merkel
Nació el 17 de julio de 1954 en Alemania Occidental. En su niñez migró con su familia a Alemania Democrática, país bajo la influencia del comunismo de la URSS. Tras la caída del Muro de Berlín, regresó a su país natal como doctora en Física y Química. Hizo una brillante carrera en la política hasta ocupar, desde el 2005, el puesto de canciller en la ya unificada Alemania, a la que situó en desarrollo e influencia a la cabeza de Europa. Se le ha considerado innumerables veces como la mujer más poderosa del mundo.

Benjamín Román Abram (Lima, 1970). Es escritor del género fantástico. Abogado con posgrados en administración y seguros. Sus cuentos y reseñas se han publicado en diarios, revistas y antologías nacionales e internacionales. Es autor de los libros de relatos En Envase Pequeño y Bioficciones. También cultiva la poesía.

LITERATURA GORE / MIRZA MENDOZA Y CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR

—Señorita escritora, está arrestada.
—¿Cuál es el delito, oficial?
—«Enganchar» al lector.

Mirza Mendoza (Lima, 1985). Es autora del e-book El Currículum de una Ludópata (Editorial Libre e Independiente) y Tenebrismo (Editorial Sexta Fórmula). Es parte de las antologías impresas: 4 Narradores Independientes (Editorial Libre e Independiente, 2020), Relatos de Pandemia (Editorial La Rata Esquizofrénica, 2020), Última Estación (Ángeles del Papel Editores, 2020). Compiladora de la antología en e-book (Editorial Libre e Independiente, 2020).


DE UN MUNDO DISTINTO / CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR

Llegó a la Tierra por accidente, cuando su nave perdió potencia, y no le quedó más remedio que aterrizar en nuestro sistema. Su nombre era Vi, los terrícolas la llamaron «Criatura». Cayó en Perú, en las afueras de Lima. Era humanoide; poseía dos brazos, dos piernas, era de color rosa. No tenía cabello. Cuatro ojos en su mediano cráneo. Boca pequeña con pocos dientes (era herbívora) y una nariz grande, aguileña, para oler el peligro a distancia. Orejas diminutas y puntiagudas, contextura delgada, medía dos metros. Se lamentó por su suerte, ya no podría encontrarse con los suyos en su planeta natal, ubicado en Alfa Centauri. Quizá los habitantes de este bello mundo azul me ayuden. La localizaron, la llevaron consigo a un edificio bajo tierra, sanaron sus heridas, ya que su constitución orgánica era similar a la humana. Empero, la sometieron a choques eléctricos, golpes, insultos, le sacaron su sangre violeta y le cortaron seis de sus sesenta dedos. No lograba comunicarse con esos malvados, no conseguía entenderlos y estos parecían no interesarse en lo que ella pudiese narrarles acerca de los secretos del cosmos. Supo que tenía que largarse ya de ahí cuando la violaron entre cuatro sujetos fortísimos, que le tomaron fotos y la filmaron. Un científico joven se enteró de aquella monstruosidad y trazó un plan que le llevó un año concretar. La sacó de allí, la amaba, se fueron a una casa escondida en el sur, junto a la playa, para guarecerse. A Vi le encantaba retozar en el mar. Los agresores los buscaron durante un tiempo, no los ubicaron, no obstante, la noticia del hallazgo de esa linda alienígena trascendió hacia otros países y hubo naciones, como Estados Unidos, que ofrecían sumas millonarias por ella. El presidente no quiso que se la molestara, era bien sabido el daño que le hicieron porque los abusadores subieron las imágenes a Internet. Fueron algunos congresistas corruptos quienes contrataron espías para atraparla. Transcurrieron diez años de felicidad entre Aurelio y Vi, ella no podía dar a luz vástagos debido a la violencia a la que fue sometida, pero estaba contenta realizando estudios con diversas fórmulas químicas en su laboratorio (era brillante, una notable científica). En 2019, llegó de improviso la pandemia que arrasó con millones de habitantes. La gente que residía en la región sureña se enteró (por un espía) de que una entidad del espacio se encontraba cerca y la culparon por la aparición del virus. Era solo cuestión de tiempo para que los poderosos fueran por ella, pero esa noche, cuando la pareja (alertada por la inminente amenaza) iba a huir, los lugareños atacaron. Los ataron juntos, los rociaron con gasolina y les prendieron fuego. A Vi el calor no le causaba dolor, protegió a Aurelio con su energía, sin embargo, murieron sofocados. Su hogar, con el laboratorio, fue bombardeado. La COVID-19 había surgido de un murciélago, que contagió a un individuo en el otro extremo del globo. Nadie conocía este dato. Nunca se supo que Vi halló la cura, utilizando su sangre. Ahora la humanidad caminaría rápido hacia su extinción.


ARTÍCULOS

UMBRAL Y LAS ACTUALES REVISTAS PERUANAS DE LITERATURA FANTÁSTICA (artículo, abril de 2013) / CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR

En el año 2006, el editor y escritor Jorge Luis Obando y este servidor dimos a luz una interesante propuesta denominada «Argonautas», una revista impresa de fantasía, misterio y ciencia ficción. Nos habíamos inspirado en otras publicaciones de ese entonces, presentes en nuestra universidad (UNFV), como la legendaria «Caleidoscopio», que cobijó algunos cuentos fantásticos e insólitos, algunos muy buenos, firmados por Luis Cangalaya, Joe Montesinos Illesca y el mismo Jorge Luis Obando. A veces los proyectos surgen de manera súbita, se diseñan en la mente, se programan y se coordinan de manera oral (es recomendable que sea de modo presencial), pero es mediante una intensa reflexión que se llega a un acuerdo y se les da luz verde. Hubo muchos temas a solucionar para la salida de «Argonautas», algunos se resolvieron de inmediato, por ejemplo, se necesitaba un conocimiento amplio de la corriente fantástica, el cual implicaba una lectura extensa de revistas, libros y otras publicaciones dedicadas a la vertiente, así como algunos textos dirigidos a la crítica de literatura fantástica. Teníamos eso. Otro punto por revisar era quién seleccionaría, corregiría y distribuiría los textos y los espacios dentro del volumen. Resolvimos ese tema pronto. El tercer factor fue el económico. Solicitamos un apoyo a nuestra universidad y se nos negó, aunque nos propusieron otro tipo de ayuda, de diseño y diagramación, la cual agradecimos, mas no llegamos a solicitarla llegado el momento pues los gestores podíamos encargarnos de tales aspectos. No nos quedó más remedio que solventar el primer número de la revista con nuestro propio dinero. Así lo hicimos y en noviembre de 2006 tuvimos cien ejemplares, que luego serían reeditados. Decidimos que este servidor asumiera la dirección y a esa labor me aboqué. Es pertinente reconocer el apoyo de varios jóvenes escritores, quienes aportaron excelentes relatos, ideas, algún dinero previo, además compraron de ejemplares e hicieron comentarios constructivos. También es necesario reconocer el apoyo del profesor y escritor Dimas Arrieta, quien nos guió en nuestro quehacer desde el inicio, orientándonos y presentando la publicación; además nos brindó cierto apoyo económico. Con esto queda claro que sacar una revista es una labor conjunta, es un proyecto que no puede realizar una sola persona, es cierto que se necesitan uno o dos líderes que tengan un talento especial para construir volúmenes de modo formal y eficiente, pero una revista cuenta con un editor, un corrector, un diagramador, un impresor, colaboradores físicos, económicos y literarios. A la fecha han salido cuatro números físicos de «Argonautas». De momento se halla congelada. Mucho tiempo ha pasado desde entonces, el comité editorial ha cambiado, pero el formato, la esencia y los métodos siguen siendo los mismos. Confío en que saldrán más números en un futuro cercano.
Luego de «Argonautas», en otros países de Latinoamérica aparecieron nuevas revistas en papel dedicadas a los temas fantásticos, me da gusto haber sido uno de los iniciadores de esta oleada.
También surgieron revistas peruanas en físico de la vertiente, como la suspendida (esperamos que regrese) «Hydra», dirigida por Felipe Alcor y dedicada a la crítica de literatura fantástica.
Con «Argonautas» muchos autores peruanos que escribían fantasía, terror y ciencia ficción encontraron una plataforma adecuada para colocar sus relatos. En la red estaba en boga la constante publicación de sendas revistas dedicadas a la corriente, en formato virtual. En internet existían otras plataformas, pero quizá por lo difícil de incluir textos allí (por las exigencias de perfección literaria), por no ser autores conocidos, por la preferencia del papel o porque sus textos no eran adecuados para otras revistas (las cuales se enfocaban en el realismo y en la literatura general). «Argonautas» se convirtió en un excelente medio para cobijar nuevos autores. No obstante, como dije, quedó suspendida, y cuando ello sucedió, estos nuevos escritores necesitaron un espacio para publicar y dar a conocer sus trabajos. Así es como en noviembre de 2010 surgió «El Horla», fanzine físico de fantasía, terror y ciencia ficción. Un fanzine es una revista de aficionados para aficionados hecha con costos bajos, generalmente grapada y fotocopiada. Es importante dar las gracias a los gestores del proyecto: Julio Meza Díaz y Luis Antonio Bolaños De la Cruz, sin ellos el fanzine nunca hubiera sido posible. Quien les habla asumió la dirección de esta plataforma y hoy en día continúo al frente. Al igual que «Argonautas», esta publicación fue autofinanciada, pero los costos se abarataron debido a los mecanismos de producción y al formato. El primer número gustó mucho y a la fecha han salido cuatro números. La idea surgió cuando este servidor vio algunos modelos de pasquines y fanzines, me sorprendió lo barato y efectivo de su producción, además los fanzines siempre gustan, debido a su formato son de fácil lectura, y se me ocurrió que una cubierta impresa a color no se vería simple, sino todo lo contrario. No me equivoqué, con cuatro números, de los cuales se han tirado hasta trescientos ejemplares, muchos autores han encontrado una plataforma alternativa, y siempre hay cuentos, muchos de ellos de gran calidad. Los escritores fantásticos surgen a cada instante y es necesario brindarles un espacio para que coloquen sus primeros trabajos y, de este modo, conozcan la experiencia de la publicación y de la recepción lectora. «El Horla» es a la fecha el más importante fanzine físico peruano de literatura fantástica. Me han comentado algunos amigos del extranjero y del interior del país que les gustaría ver una versión virtual de cada número. No es mala idea, en el futuro serán digitalizados. Esto demuestra que, bajo unas condiciones adecuadas, una publicación impresa rara vez puede reñir con una versión virtual, sobre todo si son la misma.
Hoy en día, en Perú, han surgido nuevas plataformas de difusión, boletines, fanzines de cómic, blogs. Sobre todo, estos últimos han sido espacios constantes que han incluido textos de ficción y no ficción insertos dentro de la vertiente fantástica, algunos de ellos han tenido resonancia internacional y gozan de un gran prestigio. Volviendo al tema, ante la desaparición de la importantísima «Velero 25», publicación virtual que editó 55 números entre 2003 y 2010, era necesaria una plataforma virtual que diera a conocer en el extranjero a nuevos escritores. Es así como surge en 2012 el fanzine virtual «Agujero Negro», un proyecto que ya había aparecido en formato físico hacía algunos años. A la fecha ha sacado cuatro números y ha cobijado textos de autores mayores y jóvenes, de esta manera, dicha publicación, dirigida por el escritor y crítico Isaac Robles, se constituye en la más importante publicación periódica peruana en el mundo, se ha mencionado en varios blogs como una de las diez mejores revistas gratuitas y descargables en idioma español y como uno de los mejores espacios de difusión. Realizar una publicación digital implica esfuerzos diferentes, aunque la concepción estética primaria es similar a la de las revistas impresas, hay que saber diagramar en diversos formatos (PDF, Epub, Mobi, etc.), utilizar nuevas estrategias de promoción y reforzar el material elegido, pues una publicación digital tiene un alcance internacional y las críticas son más profesionales.
Llegamos así al proyecto peruano más reciente de difusión y tratamiento de la literatura fantástica: «Umbral», una revista impresa en formato cuaderno, nacida a fines del año 2012, una nueva alternativa para escritores, comentaristas y críticos nuevos, junto a otros de amplia trayectoria. «Umbral» también publica autores extranjeros, lo cual refuerza ese carácter mundial que es necesario, muchas veces, en una revista de la corriente fantástica. La publicación es dirigida por Sheila Rodríguez Rocha, quien se encuentra acompañada por otros jóvenes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. «Umbral» nació como parte de un proyecto de un curso de taller editorial. La distribución de los temas es efectiva, incluso se ha escogido en esta oportunidad un tópico central: el vampiro, lo cual es bastante oportuno porque es una figura representativa a la cual es importante mostrarla y estudiarla tal cual es, a fin de romper con ciertos estereotipos mundiales procedentes de obras sin calidad que desmerecen al monstruo, un elemento recurrente de lo sobrenatural. Como ha comentado el crítico literario Elton Honores, en un texto sobre esta revista, en Perú, estamos viviendo un nuevo boom de la literatura fantástica, una segunda Eda de Oro (la primera se dio en los años cincuenta del siglo pasado, según algunos críticos). ¿A qué se debe esto? Hay que dejarles esta pregunta a los analistas. Lo cierto es que, con nuevos autores, es necesario que nazcan nuevos espacios, y, de este modo, se satisfará la necesidad de una legión de nuevos lectores, a la vez que se contagiará a otros el placer de leer estos temas. Una revista física siempre es disfrutada de una manera especial. Parafraseando una vez más a Elton Honores, el proyecto es ambicioso y, en mi opinión, triunfa. Se ha abierto una nueva senda y se atisban grandes logros. Esperemos que los amigos de «Umbral» produzcan nuevos números en el futuro y mantengan la calidad. Y ojalá surjan nuevas plataformas, físicas o virtuales. Lectores siempre habrá. Siempre.

*Este trabajo fue leído en el Primer Encuentro de Iniciativas Estudiantiles Universitarias 2013 el 18 de abril de 2013 en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Carlos Enrique Saldívar (Lima, 1982). Publicó el relato El otro engendro (2012). Publicó los libros de cuentos Historias de ciencia ficción (2008, 2018), Horizontes de fantasía (2010) y El otro engendro y algunos cuentos oscuros (2019). Compiló las selecciones: Nido de cuervos: cuentos peruanos de terror y suspenso (2011), Ciencia Ficción Peruana 2 (2016), Tenebra: muestra de cuentos peruanos de terror (2017, 2018, 2021) y Muestra de literatura peruana (2018).

RESEÑAS

HISTORIAS DE CIENCIA FICCIÓN, A PROPÓSITO DE SU EDICIÓN CONMEMORATIVA / BENJAMÍN ROMÁN

Historias de ciencia ficción | Carlos Enrique Saldívar | 148 págs. | Torre de Papel Ediciones | Colección Ciencia Ficción Peruana | Perú | 2018

Leer los cuentos de Saldívar es ir sobre seguro porque sus argumentos son ingeniosos y sus finales gratamente impredecibles. Con esa tranquilidad inicié la lectura de Historias de Ciencia Ficción y pensé, al concluir, que, si él fuera un escritor en un mercado tan grande como el de Estados Unidos, ya sería reconocido en el mundo. Empero, Saldívar aún es joven y las posibilidades se presentan cuando uno menos lo espera.
Es de destacar que su cuentario lo ha publicado la editorial peruana Torre de Papel Ediciones, que con rapidez se va consolidando como un soporte para la literatura peruana, principalmente la de corte fantástico, y como una marca suficientemente atractiva para que el lector se interese en adquirir un libro por el hecho de estar en su catálogo. En esta oportunidad, más allá de las labores de diagramación —muy sobria—, inserción de imágenes originales que anteceden a cada cuento —siempre ligadas a sus líneas—, o de una portada que alienta a adquirir Historias de Ciencia Ficción, el gran acierto es haber seleccionado esta obra para reeditarla, a manera conmemorativa, porque hace diez años fue autopublicada de manera rústica, y desde ese entonces se volvió un libro de culto.
El paratexto de la obra merece un breve recuento, los agradecimientos mencionan al escritor peruano-alemán José B. Adolph; un epígrafe es de Arthur Clarke; el interesante prólogo, «Más Allá del Infinito», del literato peruano José Güich Rodríguez, que nos da valiosa información sobre las influencias en la fecunda pluma de Saldívar. Y en el colofón el autor nos cuenta, entre otras cosas, cómo fue recibido el libro en el 2008 y la cronología de sus cuentos.
Sobre su contenido, lo conforman una docena de historias. La mayoría posee un estilo poético y una cadencia que recuerdan a Bradbury; otros, por su brevedad y temática, a Asimov, quién también tiene un epígrafe. Pone en la mesa, a veces más de una vez, si es o no posible el amor del hombre con la máquina (ginoide); un apartheid futurista en la propia tierra; si sobrevivirá la humanidad o parte de ella en un apocalipsis; la cohabitación humana-alienígena; si algunos consideran a la Tierra un organismo vivo —¿por qué no podrían serlo otros cuerpos que reposan en el espacio?— ; el fin de nuestro mundo o el fin del universo; la astucia humana para escapar al espacio ante la muerte de nuestra esfera azul; y, por supuesto, el Perú también está presente en «No de esta Tierra original».
Para sus compatriotas peruanos, amantes de la ciencia ficción, este libro es de lectura obligada. Esperemos se vuelva parte de la literatura general y ¿por qué no en un best seller?

VOCABULARIO LITERARIO

La epifanía literaria es un momento brevísimo en el que el intelecto se aclara y se entiende lo que era un misterio o se nos revela una gran idea.



GENIO Y FIGURA-BIOGRAFÍA

Howard Phillips Lovecraft: Nació en 1890, en Providence, Estados Unidos, país en que falleció en 1937. Fue el escritor pionero del horror cósmico, por lo que es un gran transformador del cuento de terror. Sus relatos presentan espíritus malignos, posesiones psíquicas y mundos oníricos donde el espacio-tiempo tiene gran relevancia. Los Mitos de Cthulhu son su herencia, que se vio enriquecida con las aportaciones del denominado Círculo de Lovecraft, que era un grupo de escritores integrado por el mismo H.P. Lovecraft, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard, Robert Bloch, August Derleth, Frank Belknap, Long Henry Kuttner, E. Hoffman Price y otros. Los Mitos de Cthulhu también tienen influencias de escritores anteriores, como Ambrose Bierce, Algernon Blackwood, o Robert W. Chambers y de algunas mitologías como la polinesia, la árabe o la sumeria.